Esta mañana entre los rayos del sol, descubro el contorno que dibuja tu cuerpo. Me acerco sigilosamente a tu piel, acerco mis manos con mis ojos cerrados, con los ojos cerrados, para poder sentir el sonido de tu respiración, el tacto de tu piel, la fragancia de tu ser. Con los ojos cerrados, con mis sentidos abiertos recorro tu piel. Intento acariciarte suavemente, pero la torpeza aparece al sentir un escalofrío con el contacto de tu piel. Una descarga de sensaciones, una explosión de sentimientos. Te mueves, te estremeces, mis ojos se abren para ver el espectáculo de tu naturaleza, de tus sensuales labios, te abrazo, te siento, me sientes y de tus ojos castaños brota una lágrima ...
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